domingo, 29 de mayo de 2011

Rehabilitación del olfato tras la laringectomía



Dr. José Morales Puebla /ORL Hospital General de Ciudad Real y su hermano Dr. Ángel Francisco
Morales Puebla
Fuentes: Revista ALLE./Laringectomizados de León
INTRODUCCIÓN
         La laringectomía total consiste en la exéresis de la laringe desde el hueso hioides hasta los dos o tres primeros anillos traqueales. Tras esta cirugía la hipofaringe se reconstruye y la tráquea se aboca al piel, por lo cual la vía aérea queda independiente de la digestiva. A primera vista la consecuencia más llamativa es la pérdida de la función fonatoria, pero tras la laringectomía todas las funciones preoperatorias de la laringe quedan alteradas. La pérdida de la función esfinteriana de la laringe repercute directamente en el mecanismo de la tos, el estornudo y la capacidad de realizar la maniobra de Valsalva. Se pierde también el proceso de acondicionamiento, (calentamiento, humidificación y filtro) del aire inspirado que se lleva a cabo en las fosas nasales, ya que después de la operación el aire inspirado pasa directamente del traqueostoma a las vías respiratorias bajas.
          ¿ Porqué disminuye o desaparece el olfato tras la laringectomía?.
            En circunstancias normales las moléculas olorosas son transportadas a la cavidad nasal a través de la respiración. El flujo de aire que inspiramos se denomina flujo ortonasal. La mayoría de las personas respiran habitualmente por la nariz, por lo que automáticamente se establece este flujo ortonasal que nos proporciona olfato de forma inconsciente y sería una olfacción pasiva y sin esfuerzo.
             El flujo de aire que pasa de la nasofaringe a la cavidad nasal se denomina retronasal. Este flujo retronasal también es importante en la olfacción, relacionado fundamentalmente con el gusto. El flujo retronasal se genera por los movimientos de la lengua producidos al tragar saliva o al masticar. Los transtornos de la olfacción pueden clsificarse en transmisivos, perceptivos o mixtos. Se habla de hiposmía/anosmía de transmisión en aquellos casos en los que existe una obstrucción al flujo aéreo nasal estando el epitelio receptor y toda la vía neural intacta (poliposis, disformías septales, rinitis…).Cuando la alteración se produce en cualquier punto de la vía nerviosa desde el epitelio olfativo hasta la corteza cerebral hablamos de hiposmia/anosmia de percepción (tumores cerebrales, esclerosis múltiple…).Puede haber casos mixtos como por ejemplo un catarro.
            En el laringectomizado, como consecuencia de la independización definitiva de las vías aéreas y digestivas, el flujo aéreo nasal queda interrumpido y por lo tanto la la estimulación del epitelio olfatorio (situado en el techo de las fosas nasales). Estaríamospues, si el paciente no tenía previo, ante una anosmía/hiposmía de transmisión. El epitelio intacto no puede ser estimulado, pero en este caso, es susceptible de poder ser rehabilitado.
        Transtornos asociados a la pérdida de olfato



            Debido a la interrelación entre olfato y gusto, los pacientes laringectomizados pueden padecer disminución de la capacidad gustativa. Esta generalmenta es menos acusada gracias a la corriente de aire retronasal que se genera con la masticación a pesar de la laringectomía. La anosmía /hiposmía asociada a la ageusia/hipogeusia que aparece tras la laringectomía total supone por tanto la pérdida de 1/5 de la capacidad sensorial en nosotros, los pacientes.



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